La capital de España, Madrid, guarda numerosas sorpresas para los
visitantes que decidan visitarla de forma turística. Aun si el viaje está motivado por negocios o
por otras cuestiones, es buena idea reservar algo de tiempo y disfrutar de
alguno de sus muchos encantos.
Una de las zonas más bonitas de Madrid es el Barrio de los Austrias.
No se trata de una delimitación geográfica precisa, más bien se hace referencia
al centro histórico. Uno de los recorridos empieza en la emblemática Puerta del
Sol, lugar donde cada Nochevieja se recibe el año nuevo. Este edificio es
símbolo de la ciudad, y defiende tal privilegio por derecho propio. Después, es
interesante recorrer el corto trayecto entre la Puerta del Sol y la Plaza
Mayor. Esta calle es preciosa y llena de fachadas singulares y significativas.
La Plaza Mayor merece mención aparte. Se trata de un amplio espacio que se
remonta al siglo XVI. Una de sus fechas más importantes es cuando Felipe II
encargó la remodelación a Juan de Herrera en 1561.
Los soportales están llenos
de tiendas antiguas y modernas, y quizás, lo más importante para un turista
hambriento, de bares y tabernas donde se pueden degustar deliciosos bocadillos
de calamares y cerveza fresquita, además de otras viandas, por supuesto. En uno
de sus laterales está uno de los lugares más emblemáticos de Madrid, “Las
Cuevas de Luis Candelas”. Se nota que el lugar está ambientado para los
extranjeros (tanto por los disfraces tipo Curro Jiménez que llevan los
camareros como por los precios). Pero, ¡qué más da! Uno puede tomarse una caña
o típica sangría y disfrutar como el que más.
Otro de los puntos importantes de este recorrido es la Plaza de
Oriente. Es un lugar impresionante que tiene varios edificios singulares como
el Palacio Real y el Teatro Real. Está sobre una colina que permite ver unas
vistas del Paseo de Extremadura muy bonitas, sobre todo al atardecer. El lugar
es ideal para pasear, ver los monumentos o algo tan sencillo, como probar los
barquillos que se venden en los puestos callejeros. Todos los días,
especialmente los fines de semanas, se juntan varios cientos de personas a
pasar un rato agradable. Como la zona es tan amplia caben sobradamente sin
molestarse unos a otros. La Catedral de la Almudena, aunque no pertenece a este
período histórico, embellece la zona y permite poner otro lugar en el
recorrido.
Hay muchas más callejuelas en el Madrid de los Austrias, así como
monumentos. Con una buena guía de Madrid se puede desmenuzar cada uno de sus
rincones. Uno de los mayores placeres es recorrer la zona pausadamente, poco a
poco, y dejar que cada rincón, cada fachada vaya impresionando al turista
receptivo.
Después de tanto recorrido y visitas, apetece descansar bien. ¿Qué
mejor que utilizar alguno de los excelentes hoteles que hay en Madrid?
No obstante, conviene no olvidar que Madrid es una ciudad donde la noche se
vive a tope. Así que no se puede dedicar todo el tiempo de relax a dormir si
uno quiere vivir la genuina movida madrileña.
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