lunes, 16 de julio de 2012

Cabárceno, a un paso de Santander


El Parque de Cabárceno es un lugar diferente y maravilloso que no deja indiferente a ninguno de sus visitantes. Se trata de un zoológico donde los animales viven en semi libertad. Es el destino preferido de todos los que visitan Cantabria y su fama se extiende a lugares remotos de Europa, donde muchos turistas acuden al lugar como principal punto de interés.

Cabárceno está muy bien ubicado. La localidad con el mismo nombre está en el valle de Pisueña, y está a tan solo 15 kilómetros de Santander. Dispone de 750 hectáreas y unos 20 kilómetros de carreteras por el interior. Este hecho marca una diferencia importante, y es que los visitantes pueden desplazarse por las diferentes áreas del parque con su propio vehículo. En sí mismo, el parque es un extraordinario ejemplo de recuperación medioambiental de una antigua mina de extracción de hierro a cielo abierto. Sus más de veinte años de experiencia avalan las magníficas instalaciones que el turista visitará.

El parque cuenta con actividades científicas y aulas medioambientales. No obstante, siendo realistas, los turistas no buscan necesariamente estas cosas. Por eso, el parque ofrece mucha diversión. Se ofrecen dos espectáculos fijos que animan mucho a las familias, y, especialmente, a los niños pequeños. Casi todos los días hay una sorprendente exhibición de vuelo de aves rapaces. Los asistentes pueden contemplar en primera persona vuelos de más de 90 metros de desnivel de buitres leonados, milanos negros y halcones peregrinos. También es posible deleitarse con los siempre simpáticos leones marinos. No se debe ir al parque sin ver estos dos imprescindibles espectáculos.

Cabárceno es refugio de numerosas especies animales. Lo bueno de verlas en un entorno natural amplio es que se puede ver su comportamiento de forma diferente que cuando están en una jaula. Algunos de los más desconocidos por estas latitudes son los Addax (bonitos antílopes africanos) o los bisontes. Claro, también se disfrutará viendo los delicados movimientos del Emu (ave corredora de Australia) o la simpatía natural que despliega el Copiu (un roedor de la zona de América del Sur).

El parque de Cabárceno también rinde homenaje a la naturaleza más salvaje. Es por ello que un su interior se pueden recorrer diferentes rutas botánicas. Por ejemplo es posible recorrer la ruta de los tejos, alcornoques y nogales (en la zona de los tigres), o la ruta de los abedules, tilos y hayas (donde están las hienas y los lobos); o quizás, al acercarse a los leones y los bisontes recorrer la ruta de los castaños y pinos. Esta variedad y riqueza vegetal aportan un valor añadido singular a este precioso lugar.

Puesto que la visita puede durar un día completo (o más, según lo observadores que sean los visitantes) en el parque hay cafeterías, un restaurante y un self-service, a fin de que los visitantes puedan reponer fuerzas en el momento que deseen El parque de Cabárceno es uno de los lugares que uno no se puede perder cuando quiere conocer las maravillas de Santander.

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