El Parque de Cabárceno es un lugar diferente y maravilloso que no deja
indiferente a ninguno de sus visitantes. Se trata de un zoológico donde los
animales viven en semi libertad. Es el destino preferido de todos los que
visitan Cantabria y su fama se extiende a lugares remotos de Europa, donde
muchos turistas acuden al lugar como principal punto de interés.
Cabárceno está muy bien ubicado. La localidad con el mismo nombre está
en el valle de Pisueña, y está a tan solo 15 kilómetros de Santander. Dispone
de 750 hectáreas y unos 20 kilómetros de carreteras por el interior. Este hecho
marca una diferencia importante, y es que los visitantes pueden desplazarse por
las diferentes áreas del parque con su propio vehículo. En sí mismo, el parque
es un extraordinario ejemplo de recuperación medioambiental de una antigua mina
de extracción de hierro a cielo abierto. Sus más de veinte años de experiencia
avalan las magníficas instalaciones que el turista visitará.
El parque cuenta con actividades científicas y aulas medioambientales.
No obstante, siendo realistas, los turistas no buscan necesariamente estas
cosas. Por eso, el parque ofrece mucha diversión. Se ofrecen dos espectáculos
fijos que animan mucho a las familias, y, especialmente, a los niños pequeños.
Casi todos los días hay una sorprendente exhibición de vuelo de aves rapaces.
Los asistentes pueden contemplar en primera persona vuelos de más de 90 metros
de desnivel de buitres leonados, milanos negros y halcones peregrinos. También
es posible deleitarse con los siempre simpáticos leones marinos. No se debe ir
al parque sin ver estos dos imprescindibles espectáculos.
Cabárceno es refugio de numerosas especies animales. Lo bueno de
verlas en un entorno natural amplio es que se puede ver su comportamiento de
forma diferente que cuando están en una jaula. Algunos de los más desconocidos
por estas latitudes son los Addax (bonitos antílopes africanos) o los bisontes.
Claro, también se disfrutará viendo los delicados movimientos del Emu (ave
corredora de Australia) o la simpatía natural que despliega el Copiu (un roedor
de la zona de América del Sur).
El parque de Cabárceno también rinde homenaje a la naturaleza más
salvaje. Es por ello que un su interior se pueden recorrer diferentes rutas
botánicas. Por ejemplo es posible recorrer la ruta de los tejos, alcornoques y
nogales (en la zona de los tigres), o la ruta de los abedules, tilos y hayas
(donde están las hienas y los lobos); o quizás, al acercarse a los leones y los
bisontes recorrer la ruta de los castaños y pinos. Esta variedad y riqueza
vegetal aportan un valor añadido singular a este precioso lugar.
Puesto que la visita puede durar un día completo (o más, según lo
observadores que sean los visitantes) en el parque hay cafeterías, un
restaurante y un self-service, a fin de que los visitantes puedan reponer
fuerzas en el momento que deseen El parque de Cabárceno es uno de los lugares
que uno no se puede perder cuando quiere conocer las maravillas de Santander.
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