La ciudad de Tarragona tiene tantos atractivos para ser visitada una y
otra vez que no caben en el cuerpo de este artículo. Sin embargo, no hay que
engañarse, cara al verano las playas de Tarragona son las que consiguen
atraer al mayor número de turistas. El turismo de sol y playa está muy bien,
pero zona en general y la capital en particular consiguen aumentar el atractivo
del buen clima con una exquisita gastronomía: mediterránea, sabrosa y a muy
buen precio.
¿Qué productos y platos tradicionales se pueden degustar en Tarragona?
Como buen integrante de la dieta mediterránea, Tarragona ofrece una increíble
variedad de frutas y verduras de temporada. Una de las más curiosas es el
calçot (una especie de cebolleta tierna). Con este ingrediente se elaboran las
calçotadas. Las cebollas se preparan a la brasa y se sirven con salsas
ligeramente picantes. Por cierto, hablando de salsas, de Tarragona es el
romesco, una deliciosa salsa que se prepara con tomates y ajos asados en horno
de leña y también va acompañado de pan, almendras, avellanas, pimientos rojos
secos y diversas especies además de aceite de oliva, sal y pimienta. En fin,
como se puede imaginar, es una salsa para “chuparse los dedos”, y sobre todo
para mojar pan.
Otro de los productos estrella de la zona son los pescados y mariscos.
Como buena ciudad de mar con tradición pesquera milenaria, tienen productos excepcionales.
Una de las denominaciones de origen que tienen es el “Pez Azul de Tarragona”.
Precisamente uno de sus guisos típicos es el “petacó”, un exquisito preparado
de atún y patatas con otros ingredientes diversos. Los langostinos de San Carlos
de la Rápita son mundialmente conocidos así como las anguilas del Delta del
Ebro. Es evidente que en los restaurantes cercanos a la costa los precios son
un poco más altos, aunque últimamente se pueden encontrar buenas ofertas según
la temporada.
Los vinos de Tarragona también se están haciendo un hueco en el
competitivo mercado nacional. Destacan el vino del Priorato. La denominación de
origen Tarragona abarca una serie de caldos muy diversos y cada vez más
apreciados en los foros internacionales. Como curiosidad cabe destacar que en
la zona de Reus se fabrican algunos de los vermuts más consumidos en la
península.
Pasando al tema de la repostería, además de los postres que hay en
todas las provincias, cabe destacar el manjar blanco, un dulce que tiene una
más que buena crema de almendras. También son
muy conocidos los “pastissets” de Tortosa, una especie de empanadillas
dulces rellenas de cabello de ángel). En fin, para probar todas las
posibilidades de la repostería tarraconense se debe ser muy flexible con la
dieta.
Estos párrafos no recogen todas las posibilidades culinarias de
Tarragona. Hay mucho más como sus apreciadas carnes, especialmente la de cerdo.
Lo mejor es dejarse llevar y permitir que cada día que uno pase en la ciudad,
los variados platos que preparan con todo el cariño los habitantes de la ciudad
sorprendan al viajero. La experiencia será inolvidable.
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