Después de descubrir algunos de los muchos encantos que ofrece una
ciudad milenaria como Córdoba, quizás su mundialmente conocida Mezquita, o sus
algunas de sus rutas de ensueño, el viajero deseará probar algunos de los mejores
platos que ofrece la gastronomía de Córdoba. Desvelamos algunas de sus claves
más famosas.
Uno de los alimentos más importantes de la zona es el aceite de oliva,
en especial el del valle del Guadalquivir. El que tiene ocasión de degustar tal
maravilla no lo olvida fácilmente. Esta fértil zona no solo proporciona el oro
líquido, sino también el trigo y la uva que es la materia prima de algunos de
los vinos más notorios del lugar. Un ejemplo es el vino amontillado de Montilla-Moriles,
que cada vez cuenta con mayor reconocimiento a escala internacional.
No cabe duda que uno de los platos más conocidos y reconocidos es el
salmorejo. Se trata de una deliciosa y fina crema en el que se combina la miga
de pan, el ajo, el aceite de oliva, el vinagre la sal y los tomates. Quizás en
un principio resulte similar al gazpacho, pero tanto sus ingredientes como su
presentación son bien diferentes, aunque tengan en común el tomate, el aceite y
el ajo.
Los que gustan los platos contundentes, pero muy sabrosos, no deben
dejar de pedir el rabo de toro estofado. Se trata de una combinación de
exquisita carne y hortalizas que no da lugar a la ambigüedad. Eso sí, tras un
comida tan opípara, se debe buscar un lugar de descanso, sobre todo si se
realiza en los meses estivales, cuando los calores son muy agobiantes.
Córdoba es una ciudad de carnes deslumbrantes. Además del rabo de
toro, también cuenta con excelente jamón y
embutidos y las famosas morcillas de Fuente Ovejuna. Otro plato muy
apreciado por los habitantes del lugar es la ternera con alcachofas a la
cordobesa o el cordero a la miel, delicias al alcance de cualquiera que busque
un poco entre las fondas y restaurantes de la ciudad. Quizás también se tenga
la oportunidad de probar algo tan original como los flamenquines, una mezcla de
carne de cerdo y vacuno.
Aunque Córdoba no tenga salida al mar, se preparan los pescados con
mucha delicadeza y esmero. Un claro ejemplo es el bacalao al rin-ran, en el que
se mezclan de forma soberbia el pescado, las patatas y los pimientos. Los
escabeches también están muy ricos.
No se puede hacer un repaso, siquiera somero, a la gastronomía de un
lugar y no hacer referencia a los postres. La repostería en Córdoba es rica y
abundante. Por ejemplo se prepara la manchega, una exquisita combinación de
frutas. El pastel cordobés es parecido a los dulces de otras zonas, pues
contiene hojaldre y cabello de ángel. Desde luego, uno no debe recorrer Córdoba
y no probar una sola vez el increíble dulce de membrillo de Puente Genil. Se
sirve de modos diferentes a cuál más excelente. En fin, la gastronomía de
Córdoba es como la ciudad, única y maravillosa.
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