Logroño es una ciudad maravillosa, cosmopolita y
acogedora. Bañada por el río Ebro está ubicada al norte de España en La Rioja,
siendo su capital y ciudad más poblada, concentrándose en su interior la mitad
de la población de toda la Comunidad Autónoma. Hay muchas sorpresas en esta
ciudad, como el origen de su nombre. Según los estudiosos podría ser la
latinización tardía del artículo “lo” y el topónimo de origen celta “Gronio”,
que significa vado o paso.
Sus 150.000 habitantes reciben a los numerosos
turistas que transitan por sus calles cada día con afecto y hospitalidad. Los
viajeros encuentran un lugar donde se sienten a gusto y bien tratados. No cabe
duda que uno de los principales encantos de la ciudad es el casco antiguo. El
origen de la ciudad se remonta a tiempos de la población celtíbera de Cantabria.
Posteriormente, los restos de Varea, antigua ciudad romana, atestiguan el
asentamiento de esta civilización en la zona. De todas formas la leyenda es muy
sugerente, pues afirma que Túbal, hijo de Jafet y nieto de Noé, atravesó el
Mediterráneo tras la confusión de los idiomas en Babel y llegó hasta este
lugar. En todo caso, los restos romanos de Varea se pueden encontrar en la
actual Logroño.
Otros de los tesoros que esconde el casco viejo de
Logroño es la calle Ruavieja. En este punto se encuentran las casas más
antiguas y singulares de la ciudad. En este mismo espacio se halla la Iglesia
de San Bartolomé. Esta impresionante construcción se declaró Bien de Interés
Cultural en 1866, y no es nada extraño, pues es una construcción del siglo XIII
que se adosó a la muralla de la ciudad. Tiene restos de auténtico valor
arquitectónico, como sus esculturas góticas.
La Concatedral de Santa María de la Redonda también
es muy bonita. En 1453 fue convertida en Colegiata. Entre otros rasgos
significativos están sus torres gemelas, que datan del siglo XVIII. Su sillería
del coro, su retablo mayor y el cuadro de la Crucifixión de Miguel Ángel
Buonarroti son representaciones artísticas de incalculable valor. El visitante
encontrará su visión algo inolvidable.
La ciudad de Logroño es paso preferente en el
Camino de Santiago, y así se nota en el acomodo que se da a peregrinos y
simpatizantes. Pero Logroño también es una ciudad para disfrutar de la
naturaleza. Así lo permiten los numerosos parques que hay diseminados por todo
el territorio urbano. Ejemplos de ello son el parque del Ebro o el de La
Grajera, a menos de cinco minutos del centro de la ciudad.
Decir Logroño es decir cultura. Por ejemplo, el
Teatro Betrón ofrece los últimos estrenos de cada momento, manteniendo viva la
llama artística y cultural de la ciudad. Durante el año se organizan numerosos
actos y festivales que promocional las diversas modalidades artísticas, dando
cabida a todos los gustos y sensibilidades, como con el Festival Internacional
de Música de Plectro. También hay eventos de danza, cine, concursos y un largo
etcétera.
En fin, Logroño es una ciudad pensada para
disfrutar y divertirse. Y eso por no mencionar su inigualable gastronomía que
incluye algunos de los mejores vinos del mundo. ¿Te apuntas a descubrir (o
redescubrir) la genuina Logroño?
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