Cantabria cuenta con 283 kilómetros de litoral, por lo que no
resulta extraño que cuente con unas 70 playas magníficas. En la zona de
Santander se dan cita algunas de las mejores playas de la zona. Lo bueno de
estas playas es que se sitúan cerca a grandes ciudades que disponen de muchas y
buenas infraestructuras. Un ejemplo de ello es el magnífico parque de
Cabárceno. También, en estas costas resulta muy adecuado degustar la exquisita gastronomía del lugar.
Una de las playas más conocidas es la denominada “La Virgen del
Mar”. Se trata de una playa aislada que se encuentra en la zona de San Román.
Pese a su acceso no demasiado sencillo, siempre hay bastante gente durante los
meses estivales. Cuenta con servicios de papeleras, duchas y limpieza, y su longitud
es de unos 350 metros. La arena es dorada. Está prohibida la práctica de
deportes y llevar perros.
La playa de la Maruca tiene unos 120 metros de longitud y cuenta
con una pendiente y desnivel suaves. El acceso es sencillo y tiene un pequeño
parking a disposición de los clientes. En esta playa se dan cita muchos amantes
de la pesca porque es una de las pocas en las que se permite la práctica de
dicha actividad. En este lugar tampoco se admite la presencia de perros.
El Sardinero cuenta con dos playas. La primera tiene unos 330
metros de longitud. Como es habitual en las playas con bandera azul dispone de
limpieza diaria, ducha y contenedores. La segunda playa tiene un acceso por el
Parque de Mesones. Tiene unos 1000 metros de longitud. En esta playa se pueden
practicar un buen número de deportes tales como las palas, el vóleibol y otros
varios.
Un curioso lugar es la Playa del Camello. Se llama así por una de
las rocas de la playa, cuya forma recuerda ligeramente a uno de estos animales.
La playa tiene una extensión importante pues alcanza los 10.000 metros
cuadrados. Cuenta con buenos accesos y aparcamientos. Desde este playa puede
verse el norte dela Península de la Magdalena, así como su famoso Palacio.
También es posible vislumbrar al este la Isla de Mouro y su faro.
Una playa que merece mucho la pena es la de los Bikinis. Tiene un
espigón construido en piedra y cemento a finales de los años 60. El objetivo de
esta construcción es dividir la línea de la orilla en dos partes, aunque cuenta
con arcos que permiten el paso de los bañistas. Este espigón se adentra en el
mar unos cincuenta metros y resulta muy
bonito. Lo bueno de esta playa es que apenas tiene oleaje, por lo cual es muy
recomendable para turistas que gustan del mar calmado.
El repertorio de costas y playas en Santander es muy grande.
Siempre se puede encontrar alguna al gusto del visitante. La mayoría están muy
bien equipadas y disponen de todos los servicios necesarios para ser una gran
playa. ¿Te animas a descubrirlas?
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